En la intersección de la neurociencia y la arquitectura, la relevancia de diseñar espacios inclusivos radica en la creación de entornos que respaldan la diversidad cognitiva y emocional. Estos diseños consideran las necesidades de todas las personas, promoviendo la accesibilidad y la comodidad, lo que no solo mejora la experiencia sensorial, sino también contribuye a la salud mental y el bienestar general de quienes ocupan esos espacios, haciendo hincapié en la importancia de la inclusividad en el diseño contemporáneo.
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